Los hábitos de los tiempos actuales han popularizado el consumo de los productos congelados.
Según un informe elaborado por la confederación de consumidores y usuarios, siete de cada diez hogares españoles consume alimentos congelados al menos una vez por semana.
Consumir alimentos congelados hoy en día es una buena solución ya que constituyen uno de los alimentos más seguros que se encuentran en el mercado y mantienen unos estándares de calidad adecuados y aceptados.
Algunas de las ventajas que nos ofrecen los alimentos congelados frente a los frescos son:
-Comodidad : permite al consumidor espaciar sus compras y guardar comestibles en buenas condiciones en su hogar durante mucho tiempo.
-Ahorro : son alimentos más baratos que los frescos a excepción de los congelados envasados que son más caros.
-Fácil Preparación : no tienen desperdicios, están preparados para cocinarlos directamente sin que tengamos que limpiarlos.
-Alta Seguridad e Higiene : los congelados se encuentran en un estado en el que su degradación biológica natural es más lenta .Además, están a salvo de numerosos microorganismos.
-Buen Valor Nutritivo : los nutrientes se preservan sin ningún conservante químico, es más, si un alimento ha sido adecuadamente congelado posee las mismas cualidades nutritivas que uno fresco.
Siempre ha habido una cuestión latente sobre el aporte vitamínico de los productos congelados. Los expertos aseguran que si el proceso de congelación es correcto y se utilizan productos de calidad, los congelados no tienen por que perder su aporte vitamínico. Pero hay que advertir que la congelación de alimentos en nuestro hogar no es tan eficaz como la congelación industrial.
También tenemos que tener mucho cuidado en cuanto a la descongelación ya que es muy importante este proceso. Las carnes y pescados deben descongelarse lentamente en el interior del frigorífico y no a temperatura ambiente para evitar contaminaciones y una vez descongelado el alimento debe consumirse inmediatamente. En cuanto a los mariscos, verduras y hortalizas pueden echarse directamente en agua hirviendo.
Nunca debemos realizar una descongelación rápida debajo del agua del grifo.
Es un error muy común identificar alimentos congelados con eterna durabilidad. Se sabe que el contenido de vitaminas tiende a disminuir con los meses y las grasas pueden ponerse rancias.
Por tanto la caducidad depende del producto congelado de que se trate.