Una alimentación sana está basada, fundamentalmente, en una dieta variada que contenga todos los nutrientes necesarios para que nuestros órganos puedan llevar a cabo todos los procesos bioquímicos de transformación en elementos (vitaminas, minerales, aminoácidos…) imprescindibles para mantener una buena salud y calidad de vida, y un buen funcionamiento de nuestros órganos.
La importancia de una alimentación saludable data de los tratados de Hipócrates, médico griego (año 460 a.C.), que escribió «Mantengo que las investigaciones acerca del régimen son uno de los objetivos de la medicina más dignas de atención. Contribuirán mucho, tanto a los medios de restablecer la salud de los enfermos como a la conservación de la misma en las gentes que disfrutan de ella» y además lanzó el conocido aforismo que prescribe “Que tu alimento sea tu medicina y tu medina tu alimento”. Hipócrates murió a la edad de 107 años. Dicho esto es muy fácil de entender la vital importancia de una dieta variada.
Es muy importante alimentarnos, según nuestra edad, actividad física, estado de salud, etapa de la vida, etc.
No debemos omitir alimentos importantes de la dieta, nuestra salud está determinada tanto por lo que comemos como por lo que no comemos que puede originar insuficiencias nutricionales que lleven a futuras enfermedades.
Los mejores alimentos y a mejor precio son los de temporada ya que son los que nos van a proporcionar la energía estacional que nuestro organismo necesita en cada momento, es por eso que la naturaleza nos los pone a nuestra disposición. Por ejemplo, ahora, en otoño que los órganos que mas cuidado necesitan son los pulmones y el intestino grueso, tenemos a nuestra disposición los cítricos, ricos en vitamina C que nos van a ayudar a prevenir los catarros y nos van a subir nuestras defensas; que no olvidemos que el intestino es la pieza clave de nuestro sistema inmunitario y dependerá de cómo lo tengamos de cuidado que nuestro sistema inmune funcione mejor.
La base de nuestra nutrición son los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, además de las vitaminas, los minerales y el agua; todos estos elementos los ingerimos a través de los alimentos y cada uno de ellos tiene su función. Los hidratos de carbono son nuestra principal fuente de combustible y los podemos encontrar en (frutas, verduras, patatas, arroz, cereales…). Las proteínas son imprescindibles para el crecimiento del organismo, por eso con los años son menos necesarias las de origen animal; las podemos encontrar en las carnes, pescados, huevos, etc. Las grasas tienen funciones estructurales y metabólicas, por lo que en la edad infantil y la adolescencia se deben consumir, aunque con moderación y con los años se deben sustituir por ácidos grasos poliinsaturados y ácidos grasos omegas, 3,6 y 9 todos ellos de gran calidad, aunque las grasas siempre se deben consumir con moderación pues aunque sean de “buena calidad” o “grasas buenas” debemos tener en cuenta que tienen muchas calorías. Las “grasas buenas” se encuentran en los aceites de origen vegetal como oliva y girasol, frutos secos, pescados azules, etc.
A la hora de alimentarnos de forma saludable y si no tenemos muy claro que cantidad de cada alimento debemos de tomar al día sería recomendable consultar la pirámide de la alimentación; disponemos de una con todas las explicaciones necesarias en nuestra web Clinica Adelgar por si la necesita.