Desde 1930 se conocen los efectos beneficiosos del CO2 (Carboxiterapia) producido por las aguas termales del balneario de Royat (Francia), donde un grupo de cardiólogos comenzó a utilizar esta terapia para tratar arteriopatías. Dicho esto, se pone de manifiesto la inocuidad y eficacia del tratamiento en cuanto a los beneficios circulatorios y sus efectos.
El proceso consiste en la aplicación de microinyecciones localizadas de CO2 mediante un equipo diseñado especialmente para este fin. La introducción se realiza vía subcutánea gracias a una fina aguja.
La duración de una sesión de carboxiterapia puede durar desde 20 minutos a una hora, dependiendo de qué áreas se vayan a trabajar.
El principal efecto de la introducción del CO2 es que provoca una acción vasodilatadora y un incremento de la oxigenación del tejido con todos los beneficios que ello comporta , lipolisis de las grasas adyacentes, mejora de la circulación, eliminación de la celulitis, reafirmación y enriquecimiento de los tejidos, debido a una mejor circulación y una mayor oxigenación de la zona.
Además de lo anterior, con la carboxiterapia mejoramos también el tono de la piel, ya que las toxinas desligadas durante el proceso se eliminan a través del sistema linfático.
Hay que tener en cuenta que el CO2 inyectado permanece su efecto en el organismo entre 24 y 30 horas, por lo que se deben alternar las sesiones entre 2 ó 3 veces por semana.