Es importante cuidar siempre nuestra piel y más después del verano ya que el sol puede dañarla si no se protege adecuadamente.
Con el sol solemos fruncir el rostro y esto da lugar a que se marquen las arrugas, también en el verano la piel se reseca más y si no tenemos cuidado pueden aparecernos manchas solares, quemaduras y en casos más severos incluso cáncer de piel.
Además en el verano la piel también se ensucia. Sería recomendable realizar una higiene facial para limpiar en profundidad los poros y oxigenar la piel.
Un peeling también ayudaría a renovar las capas más superficiales de la piel y a mitigar las manchas.
Para hidratar podemos utilizar cremas hidratantes o realizarnos algún tratamiento como el hydrate en el cual se inyecta ácido hialurónico e hidrata desde las capas más profundas de la dermis dando un aspecto más fresco y luminoso.
Si con la exposición solar nos hemos quemado conviene hidratar bien la piel y también se puede emplear aloe vera o rosa mosqueta que ayudará a recuperar el tejido.
Se aconseja tomar 2 litros de agua que nos mantendrá hidratados y nos ayudará eliminar las toxinas acumuladas. También se debe llevar una dieta rica en vitaminas C y A que mantendrá en buen estado nuestros tejidos.
Con una exposición prolongada al sol sin protección podrían aparecer pequeños melanomas y debemos acudir al médico para evitar que el problema vaya a más.
Tenemos que ser conscientes que la piel cubre todo nuestro cuerpo por tanto debemos cuidarla y tener cuidado con las lesiones que se pueden producir en ella.
Noemí Rodríguez Palacios
Dietista de Adelgar
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética