En España alrededor del 40 % de las muertes son debidas a las enfermedades cardio-cerebro-vasculares (ECV). Hay una serie de factores que facilitan este proceso, algunos no son modificables, como la edad, menopausia, etc. pero otros si como por ejemplo el tabaquismo, sedentarismo o los hábitos alimentarios.
La alimentación influye en el aparición de la ateroesclerosis por diferentes mecanismos, pero el mas importante se relaciona con la capacidad de modificar los niveles lipídicos en sangre.
Con el siguiente cuadro podemos ver como afecta nuestra alimentación en las concentraciones sanguíneas de lípidos:
Dieta rica en: | Colesterol total y LDL | Triglicéridos | Colesterol HDL |
Colesterol | aumenta | = | aumenta |
Saturados | aumenta mucho | aumenta | aumenta |
Monoinsaturados | disminuye | disminuye | aumenta o = |
Poliinsaturados | disminuye | disminuye | disminuye o = |
HidratosC.complejos | disminuye | disminuye | disminuye o = |
Azucares simples | = | aumenta | disminuye o = |
Fibra soluble | disminuye | igual | igual |
Alcohol | igual | aumenta | aumenta (*) |
(*) Solo cuando la dosis es inferior a 30 g. al día.
- el colesterol ingerido en nuestra alimentación (grasa de origen animal) va a aumentar el colesterol total, el HDL o colesterol “bueno” y el LDL o colesterol “malo”.
- Los ácidos grasos saturados (aceite de coco, de palma, manteca de cacao, grasas animales, grasas lácteas, etc.) elevan potentemente el colesterol LDL, también el HDL y los triglicéridos, aunque en menor grado. Los ácidos grasos trans (margarinas) aunque son poliinsaturados son grasas que han sido modificadas y se comportan como grasas saturadas.
- Los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva y aguacate) reducen el colesterol LDL, los triglicéridos y aumentan el colesterol HDL, por tanto son recomendables en nuestra alimentación.
- Los ácidos grasos poliinsaturados (aceite de semillas y grasa de pescado) reducen el colesterol LDL, su exceso puede reducir el HDL y los poliinsaturados n-3 (grasa de pescado) a altas dosis reducen los triglicéridos.
- Los hidratos de carbono complejos (arroz, pan, pasta, legumbre, cereales, etc.) producen cambios positivos en los lípidos en sangre, bajan el colesterol total, LDL y los triglicéridos, mientras que los azucares simples (azúcar común, miel, dulces, caramelos, refrescos azucarados, etc.) pueden aumentar los triglicéridos.
- La fibra soluble es capaz de reducir el colesterol total y el LDL.
- El alcohol puede aumentar el colesterol HDL, pero en exceso aumenta los triglicéridos. Todos sabemos que beber vino de forma continua y moderada aumenta el colesterol bueno y el flujo coronario, inhibiendo la formación de placas en las arterias. Estos efectos se atribuyeron a la acción de los polifenoles presentes en el vino, que evitan que se “endurezcan” las arterias, y tienen efectos antioxidantes y de aumento del colesterol “bueno”. Sin embargo no debemos olvidar que el alcohol se asocia al aumento del riesgo de algunos canceres, cirrosis y problemas psicosociales.
- Debemos resaltar también que los antioxidantes (frutas y verduras) se asocian positivamente con la protección cardiovascular y los esteroles de las legumbres dificultan la absorción de colesterol.
Por tanto la dieta cardiosaludable responde en cierta manera al modelo de dieta mediterránea. Las recomendaciones dietéticas más importantes son:
- No exceder el consumo de grasas totales, máximo 30% de la energía diaria.
- Utilizar aceite de oliva habitualmente (monoinsaturadas 15-20 % de la energía total diaria)
- Consumir habitualmente pescado y aceites de semillas (poliinsaturadas 7% aprox.)
- Disminuir el consumo de ácidos grasos saturados (máximo 10% incluidos los trans), ácidos grasos trans, colesterol (máximo 300 mg. al día) y azúcar simple.
- Moderar el consumo de alcohol, elegir preferiblemente vino, dos copitas al día máximo.
- Incluir frecuentemente verduras, frutas, legumbres, arroz, pasta, cereales… en nuestra alimentación y disminuir el consumo de sal.
Además la prevención siempre va encaminada a mejorar el estilo de vida, por tanto debemos controlar la tensión arterial, abandonar el tabaco, realizar ejercicio y adelgazar si hay sobrepeso u obesidad.