Las habas son una legumbre con consistencia carnosa y se encuentran en una vaina de color verde alargada.
Se pueden consumir frescas o secas. Con la harina de habas se puede hacer pasta, esto es interesante para personas intolerantes al gluten ya que éste tipo de pasta sí podrían tomarla.
Son un alimento con gran contenido en fibra por lo que esto nos ayudará a regular la función intestinal, a regular los niveles de glucosa en sangre y a reducir los niveles de colesterol.
Nos aportan carbohidratos y proteínas principalmente, en cuanto a la grasa tienen muy poca.
Dentro de las vitaminas destacan la B1, B2, B3, el ácido fólico y la vitamina C. En cuanto a los minerales, el calcio, el magnesio, el hierro, el fósforo, el potasio y el zinc, son los más destacables.
Contienen otras sustancias como la quercetina que es un flavonoide, el cual presenta propiedades analgésicas, vasodilatadores, antiagregantes, antiinflamatorias, antibióticas, hepatotóxicas, etc.
También contienen lecitina y colina, muy buenas para la memoria y que ayudan en los síntomas del Alzheimer.
Son diuréticas, ayudan a eliminar la retención de líquidos y también a regular la tensión arterial.
Son buenas para mantener en buen funcionamiento el sistema nervioso, por las vitaminas del grupo B, los huesos por su contenido en calcio y los músculos.
Las habas contienen rafinosa y genisteína, que son dos compuestos que producen flatulencia por lo que no son muy recomendables para personas que sufren de este problema. Tampoco las deben tomar personas con el ácido úrico alto o con gota ya que poseen alto contenido en purinas. Algunas personas pueden desarrollar favismo a causa del déficit de una enzima para digerirlas, y esto puede dar lugar a anemia.
Noemí Rodríguez Palacios
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética