El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril de cada año para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud, desde el año 1948. Esta fecha nos ofrece una oportunidad única para movilizar y concienciar la atención en torno a un tema de salud específico que afecta a un porcentaje de la población y preocupa a las personas de todo el mundo.
Cada año la OMS escoge un tema de gran interés para toda la sociedad y este año se trata de «La Depresión«.
La depresión es un trastorno mental más frecuente de lo muestran las estadísticas, ya que no todas las personas que la padecen lo dicen por miedo al rechazo social, y que se caracteriza principalmente por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer por cualquier cosa, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, y que puede afectar a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, sin distinción de edad ni condición social.
Este tipo de enfermedad provoca angustia mental y puede llegar a hacerse reincidente o crónica, dificultando la vida de la persona en todos los aspectos (trabajo, familia, amigos…).
Si la depresión es leve se puede tratar sin necesidad de medicamentos.
Cuando la depresión tiene un nivel moderado o grave se trata con medicación y terapias psicológicas.
En los casos más graves, la depresión puede llegar a ocasionar tantos efectos negativos, que la persona decida acabar con su vida mediante el suicidio.
En el momento en el que usted detecte una conducta no habitual y pensamientos negativos en la persona afectada, que le hagan creer que pueda llegar a esos extremos, es imprescindible hacérselo llegar a profesionales para valorar el riesgo, actuar en consecuencia y cerciorarse de si es necesario el ingreso en una institución hospitalaria.
En ocasiones, una depresión puede conllevar a una mala alimentación y viceversa.
Es frecuente que personas con depresión aumenten la ingesta de alimentos de una manera descontrolada y poco sana, para sentirse mejor, o por el contrario, disminuyen la ingesta de alimentos, por la sensación de malestar que produce el desinterés por todo.
En ocasiones, una mala alimentación puede conllevar a este tipo de trastorno, ya que ciertos alimentos contienen triptófano, aminoácido que produce la liberación de serotonina (neurotransmisor que influye de forma directa sobre los estados de ánimo), con lo cual la ausencia de esta sustancia causa mal estar, irritación, tristeza…
Si usted tiene algún ser querido que se encuentre en esta situación no dude en pedir ayuda, apoyarlo es, siempre, la mejor opción y nunca pierda la esperanza. Este tipo de trastorno tiene solución, existen tratamientos efectivos que pueden ayudar a que la persona vuelva a su vida cotidiana, pero, siempre, con ayuda cercana todo es más fácil. Y lo que es más importante que la persona, nunca, se sienta diferente o rechazada por este motivo.
El Equipo Adelgar