La naranja es una fruta cítrica de forma redondeada, con cáscara y una pulpa formada por gajos, los cuales contienen mucho jugo.
Es una fruta ácida aunque según la madurez, tamaño y variedad de la pieza la acidez es mayor o no. Contiene azúcares simples por lo que el sabor, se dulcifica un poco.
La naranja destaca por su contenido en vitamina C, que nos protege de la acción de los radicales libres, causantes de las enfermedades degenerativas y del envejecimiento. Forma parte de estructuras, como el colágeno, y aumenta nuestras defensas; además de ser antimicrobiana y desinfectante. También ayuda en la absorción del hierro si se consume con alimentos que contengan este mineral; por lo tanto, ayuda en los casos de anemia; 100g de naranja, aportan el 90% de las necesidades diarias de esta vitamina.
También contiene vitaminas A, E, B1, B2, B3, B6 y ácido fólico.
Es rica en minerales, entre los que están el hierro, el potasio, el magnesio, el fósforo, el calcio, el zinc, el manganeso y el cobre.
Cabe destacar la presencia de fitoquímicos, como flavonoides (con efectos protectores de los radicales libres, antiinflamatorios y antitumorales) y limonoídes (con efecto anticancerígeno).
La mayor parte de la naranja, es agua y es una fruta que apenas aporta grasas y proteínas. Sí tiene, fibra, la cual nos ayuda a regular el tránsito intestinal y a reducir los niveles de colesterol.
Gracias a su composición es una fruta depurativa, ayuda frente a la obesidad y es diurética; por lo que se recomienda en casos de gota y para regular la hipertensión arterial.
Noemí Rodríguez Palacios
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética