Es el tratamiento más eficaz para corregir la celulitis y la grasa localizada. Consiste en la infiltración con pequeñas agujas en el tejido celular subcutáneo de la zona a tratar, de forma manual o con pistola electrónica, de pequeñas cantidades de medicamentos homeopáticos reafirmantes y lipolíticos que se pueden dividir en tres grupos: Circulatorios, que actúan a ese nivel mejorando la misma. Reestructurantes, que actúan produciendo el relleno y alisamiento del poceado (piel de naranja). Lipolíticos, que activan la disolución de las grasas para eliminarlas por la orina. El procedimiento es sencillo y rápido. También la podemos aplicar sin agujas mediante electroforesis.
Los resultados óptimos se obtienen al mes de la última sesión y suelen ser necesarias entre cuatro y ocho sesiones, semanales o quincenales, según criterio médico y en función de las características del paciente.
Desde 1930 se conocen los efectos beneficiosos del CO2 (carboxiterapia) producido por las aguas termales del balneario de Royat (Francia), donde un grupo de cardiólogos comenzó a utilizar esta terapia para tratar arteriopatías. Dicho esto, se pone de manifiesto la inocuidad y eficacia del tratamiento en cuanto a los beneficios circulatorios y sus efectos.
El proceso consiste en la aplicación de microinyecciones localizadas de CO2 mediante un equipo diseñado especialmente para este fin. La introducción se realiza vía subcutánea gracias a una fina aguja. La duración de una sesión de carboxiterapia puede durar desde 20 minutos a una hora, dependiendo de qué áreas se vayan a trabajar.
El principal efecto de la introducción del CO2 es que provoca una acción vasodilatadora y un incremento de la oxigenación del tejido con todos los beneficios que ello comporta, lipólisis de las grasas adyacentes, mejora de la circulación, eliminación de la celulitis, reafirmación y enriquecimiento de los tejidos, debido a una mejor circulación y una mayor oxigenación de la zona.
Además de lo anterior, con la carboxiterapia mejoramos también el tono de la piel, ya que las toxinas desligadas durante el proceso se eliminan a través del sistema linfático.
Hay que tener en cuenta que el CO2 inyectado permanece su efecto en el organismo entre 24 y 30 horas, por lo que se deben alternar las sesiones entre 1 vez por semana, como mínimo.
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