La mesoterapia es una técnica terapéutica que tiene su origen en torno a la década de los años sesenta y que consiste en inyectar medicamentos a nivel intradérmico, mediante varios pinchazos en la zona de la piel donde se refleja la patología que queremos tratar. Dependiendo de los productos empleados, se pueden llevar a cabo tratamientos muy variados, tales como antienvejecimiento facial, terapia del dolor, estimulación del retorno venoso, tonificación de la piel, etc. Sin embargo, uno de los usos más extendidos de la mesoterapia es para tratar la celulitis, en cuyo caso se inyectarán remedios homeopáticos orientados a mejorar la circulación, eliminar toxinas y movilizar la grasa, que son los tres elementos clave de la celulitis.
Además de los productos empleados, su éxito radica en la profundidad a la que se depositan, la cual aumenta su eficacia y ralentiza su metabolismo, permitiendo que la sesiones sean bastante espaciadas y por lo tanto mejor toleradas, y en el propio pinchazo, que sirve a la piel como estímulo para emprender procesos de autorreparación; esta sería la principal diferencia con la mesoterapia virtual, que es una técnica también muy eficaz pero que no presenta ese componente positivo del trauma cutáneo.
Con mesoterapia se puede tratar, prácticamente, cualquier parte del cuerpo o del rostro y escogeremos para ello entre la técnica manual o la técnica con pistola, según convenga a cada caso y a cada paciente.