Los veranos… temidos y odiados a partes iguales. Tú, ¿eres de los que esperas con ansias el verano o deseas que termine cuanto antes? Sea cual sea tu opinión, lo cierto es que, si deseas perder peso el verano es un momento perfecto para ello. En este artículo te vamos a demostrar por qué.
El verano es la estación perfecta para adelgazar
Ya te lo hemos adelantado en el titular: si quieres deshacerte de esos kilos de más, el verano es la estación ideal para lograr tu objetivo. Y no, no es únicamente una opinión nuestra como nutricionistas expertos, sino que hay estudios científicos que avalan esta afirmación.
Uno de ellos es el elaborado por la Universidad de Georgia, que investigó el efecto que tenían las variaciones estacionales en los patrones de alimentación de los seres humanos. ¿Sabes cuál fue la conclusión del estudio? Nuestra ingesta calórica disminuye una media de 200 calorías al día en verano en comparación con los meses de otoño e invierno.
Pero, ¿por qué estamos más predispuestos a iniciar una dieta en verano? Estos son los factores que trabajan en favor del éxito de tu plan de pérdida de peso veraniego.
El calor: un aliado para perder peso
Sí, sabemos que el calor veraniego puede ser agobiante en ciertos momentos del día, sobre todo por las noches cuando no nos deja descansar ¿verdad?
Sin embargo, lejos de ver esto como una amenaza, debes verlo como un elemento aliado de tu dieta porque te ayudará a acelerar tu metabolismo, a sudar más mientras tus funciones corporales trabajan para mantenerte fresco y, por tanto, eliminarás líquidos y calorías más rápidamente.
Por otro lado, las altas temperaturas nos animan a beber más y a consumir más agua. Este líquido extra aumenta la sensación de saciedad y ayuda a drenar el organismo.
El verano te activa
¿Sabías que nuestro estado de ánimo está relacionado con la cantidad de luz solar que recibimos? Sí, como lo lees. La luz del sol nos aporta alegría porque ayuda a sintetizar una de las hormonas relacionadas con la felicidad: la serotonina.
Cuando nuestro humor mejora, nos sentimos más vitales y estamos más activos. Y ya sabes que la actividad física y el deporte son los mejores complementos a una dieta de alimentación saludable para acabar con el sobrepeso y la obesidad.
Además, siempre aprovechamos el buen tiempo para salir más a la calle y pasar tiempo en el exterior: paseando, corriendo, montando en bicicleta y, por supuesto, nadando.
El apetito disminuye y te pone fácil la dieta
Durante el verano nuestros cuerpos pelean para mantenerse frescos en la medida de lo posible y una de las estrategias que tiene para lograrlo es reducir nuestro apetito. Asimismo, solemos optar por alimentos menos grasosos y aceitosos.
También se ha demostrado que las altas temperaturas nos hacen digerir la comida de forma más lenta, por tanto, la sensación de saciedad llega antes y nos sentimos llenos durante más tiempo.
Por último, pero no por ello menos importante, la variedad de frutas y verduras en verano es genial para perder peso. La sandía, el melón, las peras, las ciruelas, las cerezas, el melocotón, el pimiento, el tomate o los pepinos son alimentos cargados de nutrientes, agua y fibra. Te ayudarán a regular tu apetito, a aumentar tu sensación de saciedad y a alimentarte de una forma sana y muy deliciosa.