Finalmente nos encontramos en fase de desescalada por coronavirus, y entre otras cosas es tiempo de empezar a analizar, para entenderla, en qué consiste esta nueva pandemia: sus secuelas, posibles vacunas, tratamientos eficaces, factores de riesgo, etc. Es poco lo que sabemos todavía de esta nueva enfermedad, pero muchos los profesionales estudiándola que, poco a poco, van compartiendo sus primeras conclusiones respecto a cómo combatirla.
En este artículo queremos detenernos en uno de los aspectos que se empiezan a confirmar: la relación entre sobrepeso y Covid-19, dos pandemias mucho más relacionadas entre sí de lo que podíamos esperar.
Los primeros estudios, como el recientemente publicado de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), confirman que entre los fallecidos por Covid-19, el 88% tenían un IMC (índice de masa corporal) mayor de 25 (la media de población con sobrepeso en España está en torno al 52%). Parece ser que basta con un sobrepeso de 10-15 kg para que un contagio por coronavirus se vuelva mucho más peligroso.
Por tanto, al perfil de riesgo que conocíamos hasta ahora (personas de edad avanzada, hipertensión, enfermedad cardiovascular o diabetes) hay que añadir, sin distinción de edad, el sobrepeso. Y concretamente, son 4 los factores de riesgo que éste conlleva; veamos cuáles son.
Reducida capacidad pulmonar
El primero de ellos es la reducida capacidad pulmonar asociada al sobrepeso y la obesidad (sobre todo de la androide), ya que obstaculizan el movimiento del diafragma, dificultando la respiración.
Estudios en Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña confirman también que, independientemente de la edad o sexo, la obesidad es un factor de riesgo para la hospitalización y/o el ingreso en UCI con ventilación mecánica. Los depósitos de fibrina en la circulación, típicos de la obesidad, obstruyen el paso de oxígeno a través de la sangre, lo que puede explicar por qué la ventilación mecánica tiene menos éxito en estas personas.
Menor respuesta inmunitaria
El segundo factor es la menor respuesta inmunitaria asociada al sobrepeso. La revista clínica española de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) publicaba recientemente un artículo que analiza la «peor respuesta inmune y peor pronóstico» que presentan los pacientes obesos ante el coronavirus. Según las evidencias científicas, la obesidad predispone a «una respuesta inmune humoral y celular alterada», con lo que tienen mayor susceptibilidad y retraso en la resolución de la infección.
Inflamación crónica
Un tercer factor que relaciona COVID-19 y obesidad es la inflamación crónica que ésta conlleva. En términos generales, la obesidad es considerada un estado inflamatorio crónico (celular), y el COVID-19 genera una inflamación adicional que obliga a doblar el esfuerzo que debe hace el organismo para combatir ambas.
Mayor riesgo de transmisión
Por último, parece ser que hay también un mayor riesgo de transmisión de la infección en las personas con sobrepeso. Según los expertos, las personas con obesidad exhalan el virus durante más tiempo o favorecen la aparición de cepas más virulentas, tanto por su particular microambiente proinflamatorio como por la menor producción de interferón.
Unamos a todo esto el hecho de que, desgraciadamente, el estado de alarma y el confinamiento han tenido efectos negativos sobre la salud ciudadana, con empeoramiento de los hábitos alimenticios, mayor ansiedad, menor actividad física y, en definitiva, un aumento significativo del sobrepeso; la SEEDO (Sociedad Española de Obesidad) estima que un 46% de la población española ha ganado peso durante el confinamiento.
No es de extrañar por tanto que multitud de organismos y expertos estén reclamando que se incluya la reducción del sobrepeso como una medida preventiva más para afrontar mejor un posible rebrote de la pandemia del coronavirus, al reducir el riesgo de transmisión y de sufrir complicaciones graves ante un contagio.
El mundo “post Covid-19” será un mundo nuevo, esperemos que con menos sobrepeso y obesidad, esa otra pandemia olvidada para la que, en cambio, sí existe vacuna, prevención y tratamiento.
En nuestra mano está por tanto combatir ambas; para mejorar nuestra propia salud, pero también para ser más responsables con la propagación de este virus.
Noelia Martin Sánchez
Técnico Especialista en Dietética y Nutrición de ADELGAR