Son un crustáceo que crece en las rocas abatidas por el oleaje. Es un producto típico de la costa gallega, aunque en nuestro mercado a parte podemos consumir el marroquí y el canadiense. Su recogida es bastante arriesgada para los operarios, de ahí que sea un marisco con un precio elevado.
Está formado por dos partes, la superior o uña compuesta por placas calcáreas de color blanco grisáceo, y la parte inferior o pedúnculo que es la que se fija a la roca, de color marrón oscuro casi negro, carnoso y esta recubierto por un tegumento rígido.
Se distinguen dos clases de percebes, lo de sol que son más cotizados en el mercado, y los de sombra.
Presentan un sabor a mar, salado. La forma más habitual de consumirlos es cociéndolos con sal y una hoja de laurel, durante un par de minutos.
Es un alimento bajo en calorías. Es proteico, bajo en grasa, aunque presenta niveles destacables de colesterol. Contiene bastante concentración de vitamina B12 y B2. Dentro de los minerales destaca el yodo, potasio, magnesio, fósforo, calcio, zinc, etc.
Gracias a su composición nos ayudan al buen funcionamiento de la glándula tiroidea y del metabolismo, del sistema muscular, nervioso y cardiovascular.
También estimula el sistema inmunitario aumentando nuestras defensas.
Noemí Rodríguez Palacios
Dietista de Adelgar
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética