La grasa es el nutriente más energético ya que contiene 9 kcal por cada gramo, más del doble de lo que aportan los carbohidratos y las proteínas. Las grasas pueden ser sólidas o líquidas a temperatura ambiente dependiendo de su estructura y composición.
Según los ácidos grasos que formen predominantemente las grasas y el grado de instauración, se dividen en:
–Grasa saturada. Esta grasa es sólida a temperatura ambiente. Este tipo de grasa eleva los niveles de colesterol LDL, es decir “el malo”, en sangre. Aquí encontramos el tocino, la manteca de cacao, etc.
–Grasa insaturada. Son líquidas a temperatura ambiente. Son beneficiosas para la salud aunque no deja de ser una grasa, por lo cual no es conveniente abusar tampoco de su consumo. Algunas contienen ácidos grasos esenciales. Dentro de la grasa saturada se encuentra:
Grasa monoinsaturada. Como por ejemplo el aceite de oliva, la grasa que contienen los frutos secos, etc. Elevan los niveles del colesterol HDL o “bueno”, y reducen el colesterol LDL o “malo”
Grasa poliinsaturada. Como por ejemplo la grasa de la mayoría de los pescados azules, el aceite de girasol, la grasa de los frutos secos, etc. Aquí se encuentran los omega 6 que reducen los niveles de colesterol LDL y HDL; y los omega 3 que reducen los niveles de triglicéridos.
Grasa trans. Se encuentra en la bollería, las mantecas vegetales, etc. Este tipo de grasa es más perjudicial que la grasa saturada. Elevan los niveles de colesterol “malo” y los triglicéridos y disminuyen los niveles de colesterol “bueno”. Además son muy aterogénicas.
La grasa es necesaria para la salud y nos aporta energía para realizar las funciones vitales diarias, al igual que el resto de nutrientes; pero se deben seleccionar bien los alimentos que tomamos, así como el tamaño y raciones diarias. De esta manera los alimentos que contienen grasa “saludable” son el aceite de oliva, de girasol, de soja, de maíz, de canola, los pescados azules, los frutos secos, las semillas como la de lino, el aguacate y los aceites de pescado.