La práctica de ejercicio nos aporta muchos beneficios saludables y nos permite cuidarnos, pero ¿el ejercicio excita o relaja?
Cuando realizamos ejercicio nuestro cuerpo genera endorfinas que son unos péptidos o pequeñas proteínas, que actúan produciéndonos sensaciones de analgesia frente al dolor, de bienestar, alegría, euforia; con lo cual aumenta el optimismo, disminuye la ansiedad, liberamos tensiones, mejoran los síntomas depresivos, etc.
Por tanto, después de realizar ejercicio o deporte nos sentimos más activados debido a la liberación de las endorfinas, pero después una vez que han pasado unas horas los efectos disminuyen y nos sentimos más relajados.
Es más aconsejable realizar las actividades de alta intensidad y fuerza por la mañana, ya que si se realizasen antes de ir a dormir puede que cueste más alcanzar el nivel de relajación necesario para conciliar el sueño y tener un buen descanso.
Sin embargo las actividades cardiovasculares de baja intensidad y larga duración nos ayudan a liberar tensiones y bajar los niveles de activación.
Hoy en día hay ejercicios para relajar la mente y el cuerpo, como por ejemplo el yoga o el pilates. Son ejercicios que combinan estiramientos, con ejercicios de respiración y técnicas de relajación. A la hora de realizar los estiramientos es importante que no produzcan dolor ya que si no, no conseguiríamos relajarnos; por lo que es importante realizarlos de forma lenta, teniendo en cuenta la intensidad y controlando los tiempos para que no produzcan molestias.
El ejercicio nos refuerza la autoestima y nos hace sentir mejor, pero a la vez nos despeja la mente y nos relaja.