La belleza es un concepto abstracto, está ligada a numerosos aspectos de la existencia humana y ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Se basa en una combinación de factores internos, como la integridad, la simpatía, el encanto; y externos, como el atractivo físico, la salud corporal, la simetría….
Por tanto, belleza y salud son dos conceptos que no tienen que ir separados. Porque si para nuestro ojo, el ojo del observador, nos sentimos bien y nos aceptamos, nuestra salud se verá recompensada.
Muchas veces pensamos que aquellas personas que cuidan su estética personal, son personas obsesionadas con la belleza o con su cuerpo, pero el sentirse bien con uno mismo es importante para mantener un buen estado anímico y de salud.
Es cierto que no es bueno obsesionarse con nada pero hay que saber dónde está el límite. Por ejemplo las personas que padecen trastornos del comportamiento alimentario quieren verse “bien”, delgadas; pero en estos casos son personas que sufren una distorsión de la realidad, padecen una enfermedad. Están delgadas pero siguen viéndose gordas. Esto es una cosa, y querer cuidar el aspecto físico de una manera saludable otra.
Es importante cuidarnos pero de una forma sana. Muchas veces nos ponemos a perder perder peso para vernos mejor pero queremos perderlo muy rápidamente a costa de nuestra salud realizando dietas sin control o las llamadas dietas “milagro”; es preferible realizar una dieta o un tratamiento para la pérdida de peso con un control y de manera saludable.
Para perder el peso y el volumen y no recuperarlo se deben reeducar los hábitos de la persona y es algo que lleva su tiempo.
Es bueno preocuparse por tener un cuerpo sano y en forma, una piel luminosa y cuidada ya que nos hace estar bien y sentirnos, en muchos casos, más seguros de nosotros mismos.
La salud es el conjunto de nuestro estado físico, psíquico y emocional y que está íntimamente relacionado con nuestro aspecto exterior y con cómo nos valoramos. Hay que tener en cuanta que nuestro aspecto físico es nuestra primera tarjeta de presentación y que la naturalidad es algo que lleva detrás un arduo trabajo.
Cuando nuestro aspecto exterior es el que nosotros queremos, no el que nos imponen las modas o tendencias, también nos hará sentirnos más firmes y seguros ante situaciones cotidianas que nos generan estrés y ansiedad.