MÁS ALLÁ DE LAS TERAPIAS
“Es de bien nacidos, ser agradecidos”, aconseja nuestro refranero, aunque sea realmente un aserto compartido probablemente en todas las lenguas (it is well born to be grateful; il est bien né pour être reconnaissant; etc.); nuestro Centro Virtual Cervantes explica el significado de esta paremia, afirmando: “Las personas que se han criado en una buena familia saben reconocer y agradecer a quienes les prestaron ayuda”.
Espera, espera… por favor, déjame explicarte. La palabra clave que resume cuanto te acabo de escribir es: GRATITUD.
Ok, me dirás… pero “gratitud, ¿a quién? ¿por qué?”. Pues, obviamente a ADELGAR; de ahí que publique esto en su web.
Está bien, ya sé que acabo de “descolocarte” totalmente; o, lo que es peor: estás a punto de deducir (erróneamente) que te estoy “colando publicidad pagada”. Pues ¡no!!, amigo/a lector.
Y, ahora entenderás por qué empecé con el primer párrafo: me siento orgulloso de la familia en que nací y crecí, por supuesto… pero ahora, también quiero agradecer la “ayuda de ADELGAR”, porque más allá de haberme prestado unos (excelentes) servicios profesionales (que pagué íntegramente, y en su totalidad), me HAN EDUCADO EN HÁBITOS ALIMENTARIOS y han generado en mí una MOTIVACIÓN para “aprender a mantenerme SANO”.
No te extrañe, tampoco, esta iniciativa mía: la “gente de bien” sacamos lo mejor de nosotros mismos en todo momento. ¿Quieres que te recuerde un “ejemplo” genérico… extraído de esta época reciente de la pandemia y confinamiento asociado?: los aplausos de las 20 horas, la entrega total de los sanitarios, etc.
Permíteme otra reflexión que quiero compartir contigo. Un reconocido lexicógrafo y poeta inglés del siglo XVIII, Samuel Johnson, escribió en su Tour to the Hebrides: “Gratitude is a fruit of great cultivation; you don’t find it among gross people” (La gratitud surge de los espíritus cultos; no la busques entre la gente burda).
Observarás, y en esto último del poeta Johnson me baso, que no sustento mi RECONOCIMIENTO A ADELGAR en la excelente profesionalidad y gentileza de todo el personal de la Clínica, ni en la contrastada metodología de sus terapias, como tampoco me centraré en la moderna tecnología que las soportan (personalmente he experimentado, con total satisfacción y provecho, desde sus máquinas de INDIBA, abdominal e incluso capilar, hasta la PRESOTERAPIA).
Efectivamente, no quiero caer en la “grosería” de aquel náufrago que nos recordaba F. Hebbel (poeta lírico y dramaturgo alemán del siglo XIX) en su “Ausgleichung”, cuando después de haber sido rescatado arrojándole un chaleco salvavidas, al subir a bordo quiso agradecer su salvación y preguntó “¿cuánto debo por el chaleco?”: es por eso que yo, por mi parte, quiero pagar por la “nueva vida” que me ha dado ADELGAR … pero no abundar en el costo monetario de las sesiones terapéuticas que me han permitido “subir a bordo”, y rescatarme de mi “naufragio de salud”.
Como Profesor Universitario, muy familiarizado últimamente con las “clases NO presenciales”, creo que mi GRATITUD debo demostrarla ahora con el INTANGIBLE de este escrito: ¡ojalá te sirva!, también a ti, apreciado/a lector.
FIRMADO:
Profesor Dr. Jesús R.