Es curioso que una sociedad que cada vez hace mas dietas está mas y mas obesa.
Las dietas desequilibradas, excesivamente proteicas que generan mucha ansiedad; los espacios de mas de 12 horas entre comidas, la falta de ejercicio moderado, y un largo etcétera forman el mapa.
En el caso de los niños y los adolescentes estaríamos hablando de otros factores como el consumo de comida excesivamente calórica (snacks, bollería, chuches….), comer delante del televisor, la falta de ejercicio, utilizar la comida como motivación…… Para al final llegar al mismo sitio; asociar la comida a las emociones y comer por ansiedad.
No culpemos a la crisis de comer alimentos baratos y por lo tanto mas calóricos. No hace tantas décadas, cuando en los hogares se hacían guisos, se merendaba bocadillos, se bebía agua y no refrescos y zumos azucarados y se jugaba un rato en la calle mientras se comía el bocadillo…… Los datos eran muy diferentes y lo que se dice medios, muchos menos.
Y aunque no tenemos muchos datos estadísticos de entonces estoy convencida de que los niños no tenían el colesterol alto como hoy.
Tenemos la responsabilidad de la salud de nuestras generaciones futuras en una mano y es muy sencillo y «barato» enseñémosles a alimentarse y a ser felices pero no a comer para ser felices.»
Victoria de la Puente