La calabaza es una hortaliza con sabor afrutado y dulce. Las hay grandes o más pequeñas y contienen semillas en su interior; las pipas de calabaza, que también se comen. Las calabazas más comunes y conocidas tienen la piel de color naranja, pero también se encuentran de color amarillo, blanquecino y verde. Su interior suele ser naranja o amarillo.
La mayor parte de la calabaza es agua por lo que apenas aporta calorías. Después le siguen los carbohidratos, los cuales le dan ese sabor ligeramente dulce, pero no contiene grandes cantidades, y es un alimento con apenas grasa. Es buena fuente de fibra lo que ayuda a regular el tránsito intestinal, a regular los niveles de glucosa en sangre, nos aporta saciedad, etc. La fibra está compuesta, entre otros, por mucílagos, los cuales ayudan en la digestión y protegen la mucosa gástrica.
Esta hortaliza es rica en antioxidantes. Destaca su contenido en carotenos, que son los responsables del color característico de la calabaza. Estos carotenos después se transforman en vitamina A la cual es buena para la vista y prevenir enfermedades oculares, para mantener en buen estado la piel, etc. También contiene cumarinas y licopeno que le da el color característico anaranjado y que ayuda a eliminar los niveles de colesterol en sangre y es antiinflamatorio; vitamina C para mantener en buen estado el aparato circulatorio y que participa en la formación de colágeno, etc., y ácido fólico que protege al corazón e interviene en el buen funcionamiento del sistema nervioso. Todos estos compuestos son antioxidantes y nos previenen de la aparición de enfermedades degenerativas como las enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc.
También contiene vitamina B1, B2, B3, B6, ácido fólico y vitamina E.
En cuanto a los minerales destaca el contenido en potasio, el cual ayuda a eliminar los líquidos retenidos, a controlar la hipertensión y a prevenir la formación de cálculos renales, etc.; también contiene fósforo, hierro, cobre, sodio, magnesio, calcio, zinc, etc.
La calabaza también tiene propiedades terapéuticas: las semillas son útiles para eliminar parásitos del intestino y para tratar la hipertrofia prostática benigna. La decocción de las hojas de calabaza ayuda a reducir la fiebre y a regular el tránsito intestinal. La pulpa de la calabaza va bien como mascarilla para el cuidado de la piel de la cara, y para la cicatrización de las quemaduras.
Noemí Rodríguez Palacios
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética